Francisco dio otro paso de apertura hacia los divorciados.
Francisco dio otro paso de apertura hacia los divorciados.
Cambios en el Vaticano / Nuevo mensaje de acercamiento.- Afirmó que es preciso "acompañar" y "no condenar" a quienes sufren el "fracaso" de su matrimonio.
CIUDAD DEL VATICANO (LA NACIÓN 01-03-2014) El tema
es fuente de divisiones en el Vaticano. Pero, lejos de amedrentarse, Francisco volvió a
demostrar que los divorciados son una
prioridad de su tarea pastoral, al afirmar ayer, en la misa que celebra cada
mañana en la Casa de Santa Marta, que es preciso "acompañar" y
"no condenar" a quienes sufren el "fracaso" de su
matrimonio.
El Papa dio así otro paso en su apertura hacia
"los hermanos y las hermanas que han sufrido el fracaso del amor en sus
vidas" y llamó a "estar cerca" de ellos.
"Cuando el amor fracasa, porque muchas veces
fracasa, debemos sentir el dolor del fracaso y acompañar a las personas que
tuvieron este fracaso en su propio amor", dijo el Papa en su homilía, que
fue difundida por Radio Vaticano.
"¡No hay que condenarlos! ¡Hay que caminar con
ellos!", afirmó el Santo Padre, que exhortó a no hacer
"casuística" con su situación. "Ésta es la trampa, detrás de la
casuística hay siempre una trampa. Contra la gente, contra nosotros y contra
Dios", dijo el Pontífice, que cerró su sermón con un pedido a Dios de
"gracia para no caer en los comportamientos casuísticos de los
fariseos".
Tras mostrar acercarse a los divorciados, Francisco
exaltó luego la belleza del matrimonio cristiano, la unión de un hombre y una
mujer, "obra maestra de la creación".
Poco después, se supo que el Papa había cancelado
un compromiso debido a que se sentía mal. Según comunicó el Vaticano, Francisco
no asistió al Pontificio Seminario Romano debido a que tenía "un poco de
fiebre", por lo que se le aconsejó reposo.
Los nuevos retos de la Iglesia ante los cambios de
familia, entre ellos el de los divorciados, están al tope de los temas que, en
los últimos días, el Papa analizó en reuniones con cardenales y obispos, en
preparación para el sínodo extraordinario de octubre, que se centrará en
"los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la
evangelización".
El encuentro tendrá lugar en el Vaticano, entre el
5 y el 19 de octubre.
La cuestión que genera más controversia es cómo debe
manejarse la Iglesia con los divorciados que volvieron a contraer matrimonio y
que actualmente no están autorizados a participar en la parte más sagrada de la
misa católica, la sagrada comunión.
Hace diez días, de hecho, se celebró una inédita
reunión del Papa con 150 cardenales de todo el mundo para discutir temas
relativos a la familia, entre ellos el conflictivo asunto de la comunión a los
divorciados vueltos a casar. Según reveló luego el cardenal Philipe Barbarin,
arzobispo de Lyon, en Francia, ese denominado consistorio extraordinario -el
primero del Colegio Cardenalicio desde que fue electo Francisco- dedicó
"de 80 a 90%" del tiempo a discutir el tema.
La cuestión de permitir que los divorciados que
contrajeron matrimonio por segunda vez reciban la sagrada comunión afectaría a
millones de católicos en todo el mundo. Tan sólo en Estados Unidos, el 25% de
las parejas católicas terminan en divorcio.
Un reciente estudio de la cadena Univisión en 12
países de mayoría católica, en tanto, mostró que el 75% de los europeos, el 67%
de los latinoamericanos y el 59% de los estadounidenses no están de acuerdo con
la Iglesia Católica en este tema, mientras que en África el 19% de los
interrogados estuvo en contra.
Se trata de una cuestión que provoca una gran angustia
en muchas parejas católicas, que dicen ser tratadas como creyentes de segunda
categoría, y que condujo a actos de desafío.
Esta semana, en tanto, el arzobispo de Buenos Aires
y flamante cardenal argentino Mario Poli reconfirmó que en el sínodo de octubre
se discutirá levantar la prohibición de comulgar para las personas divorciadas.
Desde que fue electo, el 13 de marzo pasado, el
Papa envió mensajes conciliadores a los divorciados en muchas ocasiones. La
última vez había sido a principios de febrero, cuando en un discurso dirigido a
obispos polacos que visitaron el Vaticano, pidió a los pastores de la Iglesia
"interrogarse y preguntarse" cómo pueden ayudar a los católicos que
han roto su matrimonio.
También ayer, por otro lado, el Papa sostuvo que la
Iglesia debe "afrontar con decisión el desafío" que le plantean los
jóvenes y "no defraudarlos", sino "educarlos y convertirlos en
discípulos misioneros".
Esta tarea "es ardua, paciente, pero urgente y
necesaria", agregó Francisco ante la Pontificia Comisión para América
latina, donde afrontó temas como la ludopatía, la eutanasia y la droga que
destruye a los jóvenes.
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